Como Jardín sin Goles
Amadísimo
Mundial de Fútbol. Ya te extraño. Te extraño como al número que borre del
celular, como al helado que no compre ahora rato y ya me derrito por las ganas.
Fuera que no me proporcionaste la felicidad completa, me resultaste costoso. El
quinto del 7 – 1 repercutió en mi cabeza y mis lentes vencidos cayeron bajo una
jubilosa celebración. Por tan amarga experiencia doy fe del filósofo del pueblo
que dijo: “un hombre sin sus lentes de lectura es como un jardín sin sus flores”.
Y para completar el desolador panorama que vislumbraba mí futuro inmediato, (ay
marica, sin lentes), me quedé sin portátil. El mismo filósofo, de quien nadie
sabe su nombre, en otro ataque de sabiduría dijo: “el que con lo ajeno se viste
en cualquier paraje lo desvisten”. Pues MI portátil fue reclamado por SU dueña,
mi hija. Así que, amadísimo mundial, te extraño. Como un putas!! Porque llore
de alegría, y de rabia, y de tristeza por Colombia. Porque llore de risa con
los campeones tratando de bailar Caribe. Me reí mucho con el balón de oro que salió
de un paquete de papas fritas y sorprendió a todos toditos todos, menos a las
fufas de las fifas. Me alegra pensar que el árbitro español este asustado y
creyendo que cuarenta y cinco millones de colombianos lo estamos buscando, jajá,
que risa. Nadie lo busca, respire. De nuevo la calma, el sosiego, el
desprograme, la aburrición, la mamera, la jartera. Pero tengo lentes. Y
computador, aunque no se y no quiero saber cómo se maneja. Y si me cambian el
sitio del botón de encendido, me pierdo.
Como jardín sin goles.
Ay Moscú,
Moscú!!